Este negocio es un digno ejemplo a seguir. Edgar López nunca se imaginó trabajar tan siquiera con comida y mucho menos que este sería el negocio que le abriría las puertas del campo empresarial.
¿Cuál es el secreto que tuvo este comerciante para llegar tan lejos? Se preguntará usted, pues aquí se lo contamos. El Antojo Manabita es un restaurante de comida del mar, Don Edgar, su propietario, empezó vendiendo ceviches en un coche, al norte de Quito, pero, gracias a la sazón que le enseñó su madre y la gran acogida que tuvo su producto, logró ampliar su negocio a un pequeño local cerca de la Av. Eloy Alfaro. Luego arrendó el local de junto, pasaron los años y logró comprar la casa contigua ubicada en la Polonia y Vancouver, donde en sus dos plantas se sirven los deliciosos platos de la comida manabita.
Pero no todo paró ahí, ya que gracias al gran trabajo que le impulsó a él y a su familia ahora se ampliaron con un segundo y maravilloso local en el Valle de los Chillos, donde poseen tres plantas que funcionan como restaurante y recepciones, pero la cosa no queda ahí pues este lugar tiene una particularidad especial que lo distingue de los demás y es su cocina de leña, donde las familias se reúnen para disfrutar platos típicos de la cos6ta ecuatoriana como: la tonga, el bollo o el caldo de gallina criolla.
De ser una sola persona pasó a tener 120 empleados que no solo ingresan y se conforman con hacer actividades específicas, sino que tienen la oportunidad de crecer. Inician limpiando los locales, además pueden escalar al puesto de ayudante de cocina y aprender el arte o, si se inclinan por la rama de la administración también tienen esa oportunidad. Por eso y por mucho más Don Edgar López, con su Antojo Manabita, es el Empresario de Éxito de esta semana.