En lo que respecta a la salud visual, en el Ecuador, lamentablemente, no existe una cultura de prevención. La mayoría de personas acude únicamente a una consulta especializada cuando notan algún trastorno visual que es repetitivo, o por indicación de un médico clínico ante la detección de anomalías que deben ser revisadas por un oftalmólogo.
Según el Dr. Alejandro Lalama, Jefe de Optometría de Óptica Los Andes (OLA), contrario a lo que muchos piensan, las visitas al optometrista no deberían iniciar recién en etapa adulta, sino a partir de los 3 o 4 años de edad, cuando los niños ya han dominado sus habilidades verbales y están próximos a empezar la edad escolar. “Los padres de familia deben ser conscientes de la importancia de llevar a sus hijos a revisiones periódicas, pues la detección temprana de patologías oculares permitirá un mejor desempeño académico e integración”, manifiesta.
Próximos a iniciar un nuevo ciclo escolar en la región Costa, el representante de OLA detalla a continuación las principales razones por las que resulta fundamental que los estudiantes asistan a una consulta optométrica previo a su retorno a clases.
- Muchos problemas visuales en niños pueden pasar desapercibidos
Por tratarse de niños y adolescentes, no necesariamente tendrán una comprensión real y total de lo que significa tener una visión normal. “Este desconocimiento podría resultar en una falta de comunicación a sus padres y/o maestros sobre dificultades que presenten para ver bien, lo que a su vez, impediría tratar oportunamente la patología que presenten, ocasionando que los problemas visuales incrementen”, advierte el experto de Óptica Los Andes.
Agrega que algunas señales de posibles afecciones oculares, y de las que los padres deben mantenerse alerta, son:
- Déficit de atención y concentración
- Bajo rendimiento escolar
- Desvío permanente o intermitente del ojo
- Rechazo a actividades como leer, pintar o juegos que requieran enfocar de cerca
- Asumir posiciones no naturales de la cabeza, como ladearse para enfocar
- Tendencia a acercarse mucho al televisor o a la hoja de papel al leer o escribir
- Dolor de cabeza u otras alteraciones neurológicas
- Cierre de ojos para mirar a lo lejos
- Dificultad para distinguir los colores
- Un defecto visual no detectado puede afectar el proceso de aprendizaje
Cuando los problemas visuales no son corregidos a tiempo, pueden afectar seriamente el aprendizaje del estudiante. “Suele ocurrir que los chicos son denominados ´malos estudiantes´, cuando en realidad, su rendimiento obedece a un problema que no ha sido detectado ni corregido; por esa razón, tienden a retrasarse en el dominio de habilidades como la lectura y escritura, y como consecuencia, presentan dificultades para aprender”, explica el Dr. Lalama.
Añade que la gravedad de no asesorarse con un especialista que determine el tratamiento adecuado para la enfermedad diagnosticada, es que el menor siga acarreando este problema, y que ello pueda afectar severamente su vida en la edad adulta también.
3. Los defectos refractivos son muy comunes en niños y adolescentes
Si bien los defectos refractivos como la miopía, hipermetropía y el astigmatismo están asociados a la genética, también pueden presentarse producto de factores medioambientales y el uso temprano de dispositivos electrónicos. “Debido al incremento significativo de exposición visual a pantallas de computadores, laptops, celulares y tablets, en los últimos años se ha registrado un aumento de problemas refractivos a edades más tempranas”, comenta el especialista de OLA.
Debido a que la educación hoy en día está muy asociada a la utilización de este tipo de equipos, resulta esencial que, tanto niños como adolescentes, puedan ser evaluados por un optómetra para saber si existe alguna anomalía, y de ser así, actuar inmediatamente para corregirla o tratarla.
Por lo general, los defectos refractivos se manifiestan con síntomas como entrecerrar los ojos para enfocar a larga distancia, acercarse mucho a los objetos para verlos o leer, visión borrosa a cortas distancias, enrojecimiento de los ojos, entre otros. “Si se detecta uno o varios de estos síntomas, la consulta optométrica es, inclusive, más urgente”, advierte Lalama.
Sobre el examen optométrico
De acuerdo con el Jefe de Optometría de OLA, el examen optométrico comprende una serie de pruebas en las que se evalúa qué tan óptimo está el sistema visual para realizar las actividades cotidianas del individuo. “El especialista revisará aspectos como la agudeza visual, refracción, los movimientos oculares, la coordinación de ambos ojos como equipo, percepción de profundidad, el enfoque o acomodación, la memoria visual, y la lateralidad y direccionalidad”, señala.
Este examen, que tiene una duración aproximada de entre 15 y 20 minutos, se realiza de manera gratuita en todos los locales de Óptica Los Andes a nivel nacional. Posterior a ello, se recomendará el tratamiento adecuado, según el cuadro del menor.
Recomendaciones generales
Algunos cuidados generales que el representante de Óptica Los Andes recomienda tener para el cuidado de la salud visual de niños y adolescentes, a propósito del retorno a clases son:
- Asegurarse de que las aulas de clase y las habitaciones en las que estudian y realizan tareas estén bien iluminadas
- Evitar que el estudiante lea acostado
- Instalar su mesa de estudio preferiblemente en un espacio abierto
- Brindarle al menor una dieta equilibrada, rica en antioxidantes
- Prohibir el uso de pantallas electrónicas con la luz apagada
- Al menos cada 45 minutos de estudio, descansar 5 minutos del esfuerzo visual de cerca
- Proteger a los ojos de los rayos solares y de la luz azul de las pantallas, con el uso de lentes con los filtros indicados para este fin
- Enseñarles a no frotar sus ojos e hidratar estos órganos