Los períodos de inestabilidad social y económica, como los paros nacionales, generan un impacto inmediato en la operación de las empresas. Sin embargo, existe un efecto menos visible y más profundo: el deterioro del bienestar emocional de los equipos humanos.
La incertidumbre general, la presión por cumplir objetivos en condiciones cambiantes y la exposición constante a noticias negativas elevan los niveles de estrés laboral y agotamiento emocional. Este fenómeno afecta a líderes, colaboradores y emprendedores, provocando desgaste, baja motivación y, en algunos casos, síntomas de ansiedad.
Entre las consecuencias más frecuentes que afectan la salud mental y la productividad destacan:
- Sensación de inestabilidad que se traduce en ansiedad constante.
- Interrupción de la rutina diaria que incrementa la frustración.
- Teletrabajo forzado en contextos de emergencia que genera desorganización.
- Presión por mantener la productividad bajo circunstancias difíciles.
- Sobrecarga informativa y falta de certeza que agravan el estrés psicológico.
En contextos de crisis, el rol de las organizaciones va más allá de lo operativo: deben convertirse en espacios seguros, empáticos y resilientes. SGF Global propone acciones clave que las empresas pueden implementar para cuidar a sus colaboradores:
- Comunicación constante y empática:
Establecer canales confiables como comunicados breves, reuniones semanales o espacios virtuales de escucha activa. La transparencia genera tranquilidad y fortalece la confianza.
- Ajuste de metas y revisión de indicadores:
Mantener los mismos niveles de exigencia puede ser contraproducente. Es fundamental revisar y ajustar temporalmente los KPIs, considerando las restricciones externas. Evaluar el desempeño con base en esfuerzo, adaptabilidad y colaboración permite una gestión más humana y efectiva.
- Flexibilidad laboral:
Reconocer que cada colaborador vive una realidad distinta. Ofrecer alternativas como horarios adaptables, trabajo remoto (cuando sea posible) o reasignación temporal de funciones ayuda a mantener el equilibrio entre lo laboral y lo personal.
- Reconocimiento y motivación:
El esfuerzo en momentos adversos merece ser visibilizado. Reconocer logros, por pequeños que sean, refuerza el compromiso y el sentido de equipo. Promover mensajes positivos genera cohesión y esperanza.
Según Maria Amparo Upegui Arboleda Country Manager de SGF Global en Ecuador, “Una empresa que cuida a su gente, incluso en escenarios adversos, gana confianza y lealtad. Implementar estrategias de gestión del talento basadas en el bienestar mejora el clima laboral, potencia la productividad y reduce la rotación”.
El estrés y el agotamiento emocional son consecuencias silenciosas de las crisis sociales. Las empresas que adoptan una mirada integral de su talento humano logran responder de forma más efectiva ante la coyuntura y, al mismo tiempo, fortalecen una cultura organizacional sólida y sostenible.
El bienestar emocional debe entenderse como una prioridad estratégica, clave para la estabilidad y proyección futura de cualquier organización.








